Para hoy aplazamos una actividad que habíamos planificado para el miércoles pasado, pues no nos alcanzó el tiempo. Era como una "búsqueda del tesoro". Más adelante detallaré sobre esto. Nuestro objetivo de hoy era que todos los niños se mantuviesen tranquilos y que no tengan que retirarlos del salón, al menos no a todos.
La primera actividad era llenar una botella con menestras, actividad recomendada por la psicóloga Amelia desde inicios de año. En la semana consulté a un compañero, cuyo papá trabaja con botellas, si podría conseguirlas para CAS. Felizmente pudo y así llevamos unas 20 botellas, por si venían más niños. Encontré a Juanpi y nos pusimos a trabajar en la mesa. La primera menestra que pusimos ese día era lentejitas. Fue un poco difícil porque solo llegué a conseguir lentejas algo pequeñas. Sin embargo, con ayuda, Juanpi continuó llenando la botella. A veces se cansaba pero yo tenía que estar detrás de él para que continuase. Luego de un buen rato, simplemente se cansó. Lo bueno fue que soportó un buen tiempo y que al cansarse no se puso a llorar, sino se puso inquieto. Felizmente ya era momento de cambiar de actividad. Esto de las botellas sería concluido la siguiente semana que venimos, con más menestras y una flor que haremos de papel.
Continuando con actividades manuales, ahora los hicimos ponerse en el suelo alrededor de seis papelógrafos pegados, donde decía "Siempre Amanecer", para que con sus huellas delinien el nombre. Fue curioso, porque todos con sus manitos trataban de pintarlo y Juanpi también estuvo ahí pintando todo. Acabaron, no muy bien porque varios pintaron donde quisieron, pero acabaron, y lo pusimos afuera para que secara.
Luego unos compañeros escondieron algunos juguetes en el patio del colegio, con el fin de que cada uno debía encontrar uno luego de la actividad de las botellas. Y así fue, todos los niños se pusieron a buscar en el patio y encontraron los juguetes rápidamente. En realidad, la idea inicial era esconder los juguetes en una piscina de pelotas que tienen y en dos grupos vayan a buscarlos, pero un dían anterior llovió y la profesora nos dijo que no lo habían limpiado, así que no se podía jugar allí. Los encontraron rápido porque el lugar es pequeño y los escondites no fueron difíciles de encontrar. Felizmente ya era hora que los niños vuelvan a su aula para comer su lonchera. La psicóloga recalcó que hoy ningún niño tuvo la necesidad de ser retirado, lo cual hizo que nuestro objetivo sea cumplido. Ahora esperamos mantenerlo hasta el final.