Hoy teníamos planeadas unas dos actividades que en teoría abarcarían todo el tiempo. Sin embargo, no fue así, a pesar de haberlo coordinado en el grupo de Facebook que cree para poder organizarnos mejor. Al bajar los niños para empezar a trabajar con nosotros, busqué a Fabricio, pero no lo encontré. Pregunté a la profesora por él, y me dijeron que su grupo había cambiado de horario (considerando que nosotros llegamos al colegio a las 2 pm aproximadamente) y que a esa hora su grupo ya se estaba llendo. Sentí lástima de que ya no podría trabajar con el pues como que ya me había adecuado a buscarlo siempre que llegaba. Sin embargo, bajaron nuevos niños (casi todo eran nuevos). Ahora ya habían niñas, pero encontré a un niño que no tenía con quien trabajar así que me uní a él. Se llamaba Juan Pedro, pero las misses lo llamaban Juanpi. Al comienzo parecía ser tranquilo, pero luego me di cuenta que era uno de los más traviesos e inquietos.
La primera actividad consistía en armar aviones de papel según un modelo que dos de nuestros compañeros habían impreso. Fue difícil armarlo con Juanpi, pero al final lo hicimos. Luego nos dieron tiempo para jugar con los aviones mientras preparaban la actividad física próxima en la cual involucraría los aviones. Juanpi decidió lanzar los aviones por todos lados, y lo llamaba helicóptero. A pesar de que yo le repetía una y otra vez que era un avión, él lo seguía llamando helicóptero. Lo lanzaba por todos lados y no quería que lo ayude a recogerlo.
Cuando pasó el tiempo, comenzó el circuito en el cual utilizarían el avión para jugar. Tenían que bajar por una resbaladera, subir por uno de sus juegos para nuevamente bajar y lanzar el avión en un juego hueco que tenían. Hicimos una filita y teníamos que esperar a que sea nuestro turno. Juanpi no quería esperar y se iba a correr por todos lados. Lo tuve que agarrar con fuerza para que no se escapara, pero aún así se movía en el sitio donde estaba. Una profesora tuvo que venir para que se calmara un poquito, porque estaba demasiado hiperactivo. Cuando fue nuestro turno, subió al juego para bajar por la resbaladera, pero se quedó ahí sentado. Vino la psicóloga y de una forma autoritaria le dijo que si no jugaba bien no hugaría. Juanpi se hizo el que no quería jugar y que se bajaba, pero luego se arrepintió y lloró un poco. Entonces la psicóloga le dijo que no llorara y que jugara si quería, pero que jugara bien. Fue allí donde Juanpi bajó y realizó todo el recorrido conmigo. Lo repetimos tres veces. Sin querer, se nos habían acabado las actividades de ese día y aún quedaban 15 minutos. Las profesoras al notar esto, dijeron que era mejor apra que pudieran hacer algo que les faltaba hacer en su aula. Y así fue como los niños se fueron, mientras nosotros quedamos arreglando lo que habíamos movido.
Fue un día difícil para mí. Al comienzo Juanpi pareció ser tranquilo pero al final me di cuenta qu es uno de los más movidos de todo este grupo casi nuevo. Pero sería cuestión de tiempo acostumbrarme a él y que él también se acostumbre a mí. Será difícil, porque es más movido que Fabricio, pero seguiré intentando captar su atención y que me haga caso.
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